Es mi pasado... fagocitando en este cuerpo mediocre y vulgar, gobierna una ciudad perdida, es mi mente...un castillo custodiado por oscuros y reptantes moradores, te presentaré cada una de las salas labradas de cristal donde mora una estatua de ónice, en cuyo rostro pétreo sólo hay dos cuencas vacías como podrían serlo sus vidas...y de ellas discurren incesantes lágrimas como los arroyos y cascadas que nacen de la fría piedra... ¿Te atreves a escuchar sus historias?
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lunes, 16 de septiembre de 2019

Well well

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Hola hola?

Remake de este blog de forma muy agresiva. Va a ser una plataforma nueva donde se va a exponer lo viejo con lo nuevo como una herramienta que será ventana a los trabajos en los que llevo años.
Gente, tanto de mis raíces como nuevos integrantes de la cultura del auge de esta revolución social, todos los que se sientan atraídos por el viejo mundo del rol, vampiro y seáis apasionados de reinos, dungeon, scifi, os aviso que tengáis este sitio muy en cuenta. El contenido va a ser muy interesante.



jueves, 24 de julio de 2014

~

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Luces y sombras que juegan con tu figura,
y el pliegue de tus labios siseando mi columna,
en un intenso y primitivo deseo de domeñar tu excitante aliento,
que con tanta cruel osadía perfumas mi íntimo templo,
en un firme y trágico deseo...
~~ Deseo~~
De grabar con lujuria mi prematura huella para que sea mi rostro el que siempre aparezca,
cual fantasma tortuoso evocando con sed infinita mi recuerdo, en cada mujer que conquistes desde este momento,
dejándote muy claro hasta por siempre,
que no podrás evadirme a mí, que soy puro deseo y la emperatriz única e inigualable, visceral y fagocitante,
única e indomable,
animal salvaje y legítimo dueño del abismo insondable que es el santuario de tu cuerpo.

viernes, 13 de enero de 2012

Agua y fuego.

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La mañana del ocaso fué un suave suspiro en su piel... en sus pómulos, en sus lisos párpados... De sus labios de agua emerge una lengua de fuego, sibilina y jugetona se enreda con la de su nervudo amante el cual se empeña en besar sus pechos...
Carmila le susurra algo en el oido y el joven hombre se sonroja, cuando tuerce la cabeza aprovecha para mordisquear el lóbulo, s fina textura hace excitar de placer a la peligrosa Carmila... y lo saborea.
No obstante se detiene, afloja sus impulsos para incertidumbre del dulce mozuelo que cautivo retoza entre sus brazos la sedosidad de su piel lo inspira de nuevo saborear su cuello...
  - Basta.- lo detiene Carmila en un intenso susurro, el vapor de su boca entreverado con con el sugerente perfume de su cuerpo hace que Daniel deje escapar un suspiro. Lleva una de sus torpes manos mientras con la otra desnuda acaricia el semblante de su presa - Esta noche es perfecta para cantar ¿no te lo parece?- ladea la cabeza a un lado y uno de sus negros rizos se deja caer sobre sus absorventes ojos azules. Desnuda su pierna para recoger un objeto afilado de su liga, lo mira por última vez, ni siquiera se da cuenta cuando ella clava la hoja en su pecho, mirándola absorto como si alguien se hubiera llevado su alma, se palpa la sangre que brota por la blusa blanca hasta sus manos, entre sus dedos, y lueco cae desvanecido.
Oscuridad, confusión y vacío, se llevará el rostro de su hermoso vergudo allá donde more eterneamente... y eternamente sus labios le sonreirán.
Carmila relame la hoja con ansias y saborea el dulce y rojo nectar prohibido. Echa hacia atrás la cabeza ¿Esta pobre alma tan joven e inexperta hubiera podido servirle para efecturar el vínculo con su receptora? Del cielo parece iluminar su figura, las estrellas son testigo de sus actos.
No se arrepiente, sin duda, cada gota de sangre que emane de sus manos será el sacrificio necesarop para llegar hasta ella, la hija prohibida... (censurado)

¿Será rojo sus cabellos como el pecado del que dicen que ha nacido? ¿Sus ojos arrastran el dolor del averno con el neutro grisáceo del plomo?

Extracto corto de mi novela, Sevilla Nocturna.

Nota de la autora: Todo el contenido de estos relatos y de este blog están protegidos bajo el registro que hice poco a poco de mis obras en la licencia creativa de mi ciudad, figurando mi nombre real como dueña de su creación o marca tanto de de dicha ciudad y personajes, nombres, historias así como cada uno de los añadidos literarios que incluyo en este blog (y de otros que NO incluyo como mi novela oficial ) está licenciado bajo mi custodia oficial como legítima autora. Cualquier robo, plagio, usurpación incluso la inspiración de algunos trazos con forma de plagio quedará automáticamente denunciado por violar los derechor de autor y publicación ajena sin consentimiento mío.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Dos Espadas

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Dos espadas se encuentran,

dos espadas se miden, se calculan,

dos manos las desenvainan,

estallido de ecos metálicos

que al viento nocturno son lamentos,

¿Acaso son los gritos ahogados que arrancas con el sonido del acero?

Las dos espadas bailan, se alzan al viento,

bajo esas manos que la empuñan firmes a su duelo;

Una cuenta que saldar,

una mujer que merecer,

una victoria que ganar,

dos espadas se traicionan y a cada golpe que dan,

lloran amargamente, pues camaradas de sangre fueron, en tiempos ajenos,

corazón y latido forman uno solo,

se atacan, retroceden y vuelven a atacar;

 
Su estridente sonido choca,

titánicos, tronadores,

rompen el silencio de la noche;

Duelo a dos manos enfrentadas,

dos caballeros se enfrentan  y con sus dos manos guían

los pasos mas cerca a dar, buscando venganza en alza

y el ganado triunfo al final;

Sus figuras desaparecen y brilloso acero que reluce,

dos corazones latiendo, a cien, a mil por hora,

ante esperada luz del alba, sin avisar que ha llegado,

no reposan las horas,

los aceros se baten, se cruzan,

cortando el viento con el filo de sus hojas;

Agotadas esas manos que el acero mantienen firmes

no desfallecen, no claudican,

y siguen... y siguen....

en esta mácabra danza gallarda

se acercan, y se chocan y vuelven a chocar

y el duelo continúa,

pues no tiene final...

Más una de las dos se despista un segundo,

las tinieblas la cubren, en desespero un momento,

y previa aparece teñida en rojo escarlata...

dolorosa brilla bajo los rayos lunares

y orgullosa asintiendo, sin quererlo va cayendo...

llega al suelo y se desploma;

Valerosa y altiva, con soberbia gallardía,

ve a su espada enemiga, cual antes amiga

cayendo al tiempo que ella;

Las dos espadas reposan juntas, cruzadas,

se mantienen juntas por la sangre derramada...

Dos manos se buscan, desesperadas,

buscando el perdón y a la vez la esperanza,

de saber que han cumplido con su deuda saldada.

By *"*Morrigan Amslett*"*

martes, 12 de enero de 2010

El castigo de Medusa

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Un chirriar... el cuerpo de la más pequeña de las tres gorgonas yacía entre espasmos dolorosos con la mirada perdida en él, sólo en él y por él.

"Tu cuerpo se volverá acuoso como las escamas de los reptiles serpentinos, tu voz un estridente atronador que erizará los vellos de aquellos que persigan la inmortalidad y la gloria, tus cabellos, cada hebra de tu envidiable melena se perderá en los recuerdos de sus contempladores, pues solamente serán ahora  serpientes que gimen y que cubrirán tu corola, y de esa aberración, castigo profano ante la osadía de usar mi templo como lecho de tu promiscuidad, tus ojos serán dos abismos donde el miedo se desplegará con su verdadera forma encerrando la mirada indiscreta de los que osen mirarte. Tu nombre será un palpar de gritos y escalofríos con la vibración acentuada de tu ser." Medusa"

"¡Y tu sangre derramada formará los corales de los mares de tu condescendiente Poseidón! Pues como culmen a tu tragedia tu mortalidad enseñará a tus hermanas la insolencia de tu legado, ésta es mi sentencia a la justicia de mi palabra que declino sobre tí como la soberanía de Atenea."

La voz gutural de la profundidad de la gran estatua en honor a la diosa de la estrategia y la guerra cesó al igual que bajó sus párpados terminando su protesta. Entre los suspiros frenéticos desde la garganta lacerada de la doncella que se retorcía de dolor a sus pies, desposeyó la figura volviendo con un fuerte abanico de aire a los lindes del Olimpo, el pilar en memoria de la diosa ahora solo transpiraba respeto y frialdad propia de su talla.

Fuera, el cielo comienza a tronar a causa de una tormenta, la lluvia salpica sobre el colosal templo divino sabiendo que tras sus pilares y muros labrados de  frescos dorados representativos a la diosa, se encierran los gritos afónicos de lo que dará lugar a una de las criaturas guardianas de su recinto sagrado, la hija menor de infinitos cabellos de Forcis y Ceto ahora, transmutada en un ser grotesco y mortal capaz de causar la fatalidad con un cruce de ojos en los aventureros ansiosos o viajeros errantes que pisen la morada en pos de su ignorancia o sabiduría.


Siendo claro ejemplo de la ira de los dioses, ¿o la injusticia desaprobada de sus caprichos divinos?
Quizás fuese sólo una rabieta de la propia Palas Atenea.



domingo, 10 de enero de 2010

Episodio 2 - Al otro lado del Espejo -

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Oscuridad absoluta... Vacío eterno... el tiempo comprimido...


"Creo que pierdo el control de mí misma, no puedo retroceder... no no.." gemía abducida por el nerviosismo de una oleada repentina de desesperación...

Me encontraba en la más absoluta oscuridad, habia perdido momentáneamente el sentido de la orientación, mi percepción se habia nublado, no sabía si coordinaba ni hacia el norte, ni hacia el este...cualquier forma de luz era engullida en aquél abismo insondable. Mis pupilas eran dos vacios opacos que ni siquiera diferenciaban el abrir y cerrar de mis pestañas...
Avanzo como puedo, solamente soy consciente de ello al notar el contacto firme de mi calzado contra el suelo, pero no reproducía sonido alguno de eco, cualquier sonido emitido se había insonorizado en aquel... sea lo que sea lugar, espacio, momento. Mientras caminaba no visualizaba ninguna deferencia física, me parecía que cada paso me acercaba más a una tumba sin final, donde enterraría mi ser y catapultaría todo lo que sería de mí, "por favor ve algo Terra, algo verás algo..." susurré con el timbre quejumbroso por la agonía que me producía este momento... que parecía durar años.

Una diferencia... mis ojos perciben una diferencia... ¿o se han vuelto tan confusos que no disciernen entre lo real y la ilusión? Distingo una forma obtusa, ¡Si! El denso tizón negro decayó un instante y me detuve, esa oscuridad que parecian las entrañas de alguna bestia infernal se había diluido un grado imperceptible de claridad, seguí avanzando está vez casí empujada por la esperanza y el ánimo pues a cada paso rescataba una sorisa de mí aunque la oscuridad las ensombreciera. Mientras avanzaba se dibujaban formas en las sombras que pude disinguir con nitidez hasta que todo se redució en una ligera penumbra, un paso más y resonaron inhóspitamente de nuevo mis tacones sobre aquel espacio como si fuera una alentadora bienvenida por llegar a mi meta, golpeé suavemente el tacón contra el suelo y éste me contestaba con ecos que se perdían en la concavidad de aquella cámara. Ah si, era una cámara sombría, asque vuelvo en mí para prestar atención a mi alrededor... parecía que el tiempo y el olvido habían echo mella en cada una de sus esquinas y paredes, entonces las palabras de Artemisa me llegaron como una aparición... "el tiempo comprimido..." ¿Podría ser éste lugar? ¿O las tinieblas que me subyugaron era la nebulosa corriente del vacio que predica Nube de Oscuridad?
"¡Quiero salir ya de aquí! "grité con rabia... y mi voz se repitió perdiéndose entre los muros.

Busca...

Buscaré... me dije, y sin ánimo de intención miré hacia ningún sitio en particular y me acerqué a aquellos muros de mármol ceniciento buscando alguna pieza discordante en el paisaje. Si Luneth estuviera aquí conmigo, su inteligencia ya abría escapado a estas barreras, pero no... ¿Qué digo? esta historia la protagonizo yo, Terra Brandford hija de un ésper y una humana, sí esa soy yo... un monstruo a la que mis amigos muy lejos del odio hacia mi o compasión, incluso en su cálido afecto, albergan un miedo al que no puedo apartar como si fuese mi sombra.
Miré al techo y sobre mí colgaba una lámpara de velas derretidas, era una dos tres... doce velas sostenidas por unas varillas de metal, y ésta a su vez formaba parte de una base con forma serpentina bajo una anilla que la suspendia desde el techo, veo algo luminoso, una luz en lo más alto de ella, la anilla emitía destellos azules que santiguaban mi corazón, y sentí una bullición por mis venas... "magia" susurré, pues yo soy receptiva a ella, yo represento el renacer de la magia.
No perdí de vista aquella luz e inmediatamente dí vueltas por la habitación investigando los muebles, los objetos... colgada al fondo de una de las paredes habia una pintura griega de una señora cubierta de joyas azules vistiéndo su cuerpo desnudo, miraba de soslayo y en su brazo derecho sostenía una fina copa de cristal, no muy lejos de ella había una montaña de instrumentos musicales, acordeones, trompetas, flautas... todas bajo una capa de polvo al igual que todo lo demás, una librería llena de colorido parecía estar intacta en el otro extremo del muro, libros y copas desfilaban mezclados en tropel sitiados perfectamente en una hilera sobre otra más...nada extraño, aunque todo aquello lo fuese. No pasó mucho rato hasta que mi atención la recogió una estatua ubicada en una de las esquinas de la pared, hacia el otro extremo de ella. Era curiosa, una efigie de mujer de cabellos recogidos en una abundante trenza que caía insinuante sobre su hombro desnudo hasta el pie de su talla, ataviada con una prenda de un azul traslúcido sobre sus pechos de piedra y sus caderas. Se mostraba seductora, alzando su brazo derecho al aire enmarcando una posicion extraña con los dedos, su dedo gordo y corazón se estrechaban entre sí dándo la impresión de sujetar algo entre ellos. Cuando me acerqué y observé la escultura inmediatamente recordé una conversación con Luneth...

"A veces los más pequeños detalles nos pueden llevar a descubrir grandes piezas con las que poder encajar en un puzzle..." y volviéndose amí con una mirada brillosa y despierta propia de él me sonrió inocente.. "Estoy seguro de que encontrarás tu poder, yo no me equivoco"


"Así es Luneth..." afirmé para mis adentros, rápidamente lo encajé todo, ordenando rigurosamente las piezas en mi cabeza, recuerdo haber visto esa imagen ántes, miré por encima de mi hombro y me encontré con la pintura de aquella mujer ambiciosa vestida de joyas... ambas poseen actitudes similares, y me fijé en la posición de su mano, ésta alzaba una copa recatadamente en sentido de la abundancia, volví a mirar a la mujer de piedra frente a mí y a su mano con determinación... ambas muñecas se posicionaban exactamente igual, y lo que diferenciaba una de la otra era que ésta no tenía un vaso que aguantar... ¿Sería posible si? Si... voy a probar.
Con la excitación en mi paladar me dirijí al estante donde habían varias copas de cristal, comparé el vaso con el dibujado en la pintura y eran dos copias idénticas, entonces me situé ante la estatua y con sumo cuidado introducí el delgado pié de la copa en la abertura abierta entre ambos dedos de ella y... encajó perfectamente, pronto un dentellar metálico rompió el silencio la lámpara cayó produciendo un estruendo y con ella soltando la pieza brillante que resonó con un agudo tintineo, justo el sonido metálico cesó para dar lugar a un ligero temblor, la plataforma sobre la que se alzaba la pétrea mujer se activó y deslizó la escultura retrocendiendola hacia atrás y dejando al descubierto una entrada oculta a mis ojos.

Ántes de dar ningún paso, no sé porque me dí la vuelta... pero fuí a recoger el objeto de aquella luz marina, era un cristal azul del tamaño de una uña y con forma triangular... entre mis dedos lo giré a mis ojos arrancando intensos destellos azules de cada una de sus caras, sentí un bullir en mi interior mientras me incorporaba, la magia llama a la magia, y lo guardé en mi pañuelo envolviéndolo como a un caramelo para esconderlo entr los pliegues de mi bota.

Ahora volví sobre mis pasos hacia la entrada que se abrió mostrándome un subterráneo que descendía en desiguales escaleras...

Sumérjete...

"Me sumerjo en su interior..."








sábado, 9 de enero de 2010

Episodio alternativo de Terra

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Éste es un episodio personal de la propia Terra Brandford, modificando el escenario sin alterar el contexto del dissidia. Es mi versión psicológica sobre el terror personal de mi personaje favorito de Final Fantasy, algo más oscuro y sanguinario en un mundo echo por mí.

Destrucción total...


Destrucción total...


...Destrucción...total...

Ésas fueron palabras de Kefka que aún resuenan en mi cabeza como un estadillo de cristales rotos. "Potencialmente peligrosa" se mofaba, así me define él, así me definen todos,  así es como soy yo.

Llegamos arrastrados por la corriente de auxilio de Cosmos, la diosa de la armonía y el orden, en continua discordia con Caos su mayor rival durante edades y edades incluso antes de la primera célula humana. Él a su vez, convocó una legión de mortales e inmortales nada agradables y poco desconocidos. Cuando me encontré cara a cara con Kefka, vivo y de una pieza, un ser que respira crueldad tras esa máscara de payaso, sonriéndome burlonamente ante las llamas que el mismo Caos provocó...
Pero no duro ni un instante cuando lo comprendí, todos estamos unidos por un bien común, un objetivo final, una misión que cumplir decidida incluso muchos eones anteriores a nosotros para que lideráramos esta espera. No era algo que podíamos elegir o eligiéramos, era algo que debíamos de hacer mientras nuestro recuerdo perdure.

Eso es todo lo que yo sé, pero me había descarriado dividiendo mi camino y alejándome de mis compañeros por alguna extraña razón. Abro los ojos y me encuentro perdida sin entender demasiado la situación.

Ahora, pero... ¿Qué sitio es éste? Me duele la cabeza, dios. Abro y cierro mis manos para que entren en calor, siento frío. Entonces alzo la mirada y me absorto en lo que veo, las estrellas no brillan igual, son meros puntos de luz permanentes salpicadas sobre un cielo plomizo bañando aquél campo silencioso donde sus infinitas cimas no alcanzan mis ojos. Desconcertada cerré los ojos buscando alguna respuesta fugaz, una imagen, algún recuerdo que inundase de luz mi situación. Solamente recuerdo los gritos impotentes de Luneth "¡¡¡Terra vuelve en ti!!!" ah si y la burlona risa de Kefka "¡potencialmente peligrosa!" una y otra y otra vez. Estábamos todos reunidos y entonces sucedió algo.... Ah, sí, pero era algo que me estaba ocurriendo a mí bajo la atenta mirada de todos. Entonces Luneth me asaltó con los ojos desorbitados, Cloud y los demás me miraban con miedo. Recuerdo todas aquellas sensaciones y trozos de imágenes en mi cerebro sin sentido y sin orden, y lo siguiente, una profunda oscuridad. Ahora me encuentro en algún punto entre el cielo y el infierno, entre la realidad y la imaginación, entre los recuerdos y el olvido.

Estoy sola bajo este cielo falso, embargando este campo nocturno en una atmósfera siniestra. No conozco para nada este lugar, echo una mirada en derredor sobre mí y sólo veo un enorme llano custodiado por extrañas piedras grotescas que cubren la hierba grisácea. Eran peculiares pues tienen un aspecto antológico al parecer designadas por alguna extraña civilización o culto a alguna deidad que yo ignoraba. Pero me inquietaban, pues aquellos pilares de piedra parecían torreones impregnados de un aura que otorgaban -o eso me parecía a mí- la terrible sensación de estar eternamente vigilando, y aún así, ni el mínimo rumor del viento se dejaba asomar. ¿Dónde me encuentro entonces?
La presencia de aquellas rocas hace que dé un paso atrás. Si al menos estuviera Luneth conmigo. ¡Oh Luneth! Pero no, Cosmos, incluso su voz ¿no llega aquí?

Me obligo a apartar esos pensamientos funestos que taladran mi quietud, y haciendo amago de coraje  me adentro en aquel mundo imprimiendo mis huellas tras de mí y sellando el camino que he recorrido, arrastrando los granos que se incrustan en los orificios de mis tacones de los últimos enfrentamientos que saldé. Buscando una sombra donde resguardar y reposar mis pensamientos para ponerlos en orden, un sonido de batir de alas hace que gire sobre mí poniéndome a la defensiva. "no puedo dejarme sorprender, tengo que estar en continua alerta" susurré para reconfortarme.


Entonces me sorprende, estúpida de mi, una tenue luz plateada, aclarando mis esmeraldinos cabellos con el halo plomizo de su magia cautivadora. Una Luna, brillando gibosa desde lo alto, tan amplia que casi abarcaba todo el campo de visión, inclusos sus cráteres podían verse con perfecta nitidez desde mi altura, ¿cómo no pude verla? ¿tan desconcertada estaba? No lo entendía, humedezco mis labios sin dejarme caer en mi desfallecimiento, no, Cosmos está atenta a mí, seguro, así que levanto la vista y y comienzo a volar hacia donde me dirija mi rumbo.

Empezó a surgir maleza entre más piedras como las que había visto ántes, la maleza abarcaba hasta el infinito donde se perdían mis ojos, no veía el final... no.. ¡no tenia final!

Avanza...

(!!!!)

Me detengo de golpe levitando sobre mi, una voz... ¿Será Cosmos? Es posible, o quizás no. "Debes confiar Terra", me digo a mí misma, sí, confío en mí sea de donde fuere o provenga.

"Avanzaré" me dije, y emprendí el vuelo con más fuerza que antes. Seguí volando y volando sobre más maleza, entrecerré mis ojos manteniendo la vista fija y sin pestañear, en algún momento la maleza debía de parar, lo sé, estoy segura, y entonces pronto la maleza dejó de desplegarse hasta que mi velocidad llegó al linde de sus límites. Sin detenerme continué mi vuelo, pues vislumbré allá a lo lejos una construcción, un castillo... ¿sería este el castillo de la bruja Artemisa?

Cuando llegué me detuve sólo a unos pasos de aquellas colosales puertas de hierro. Era un fuerte que se alzaba como las antiguas ruinas aún en auge mostrando aún en aquel amparo suyo su  terrible presencia. Lo que había sido un gargantuesco castillo de fuertes cimientos y altos miradores que desafiaba las leyes de la regularidad y el orden. Su arquitectura militar incluso me recordaba al antiguo castillo de Fígaro, pero éste empequeñecía a su lado por la enorme concentración de poder que supuraba, tanto que constriñó todo mi cuerpo sintiendo los aguijones de la magia y el férreo gobierno que había sido.

Un profundo crujido sonó, era como si el mismo castillo se quejara de su olvido. Pronto sucedió un sonido de maquinaria en su interior, y una serie de golpes que iban desgranando algo muy pesado sacudiendo la tierra bajo sus cimientos y con ello a mí, mi corazón se encogió en un puño no por la sacudida, pero sí por aquella espera. Mientras se desencadenaba el mecanismo en mi cuerpo un sentimiento me estremeció hasta agarrar mi pecho, tuve la sensación de descubrir algo, pero no era algo que incumbiera ni a Cosmos ni a Caos ni a sus secuaces, era algo que estaría apunto de descubrir, y con ello... ¿Podría sentirme mejor? El sonido cesó y una de sus pesadas puertas se entreabrió unos centímetros.
"Una invitación a pasar" pensé.
Medité bien mis pasos justo antes de posar la mano sobre la fría superficie y sin el menor apoyo ésta retrocedió dejándome ver la oscuridad de su interior.

Entra...

Entré sin vacilación...